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BLOG Ediciones Catay

El narrador en «De la Estirpe»

Concepto del NARRADOR en una antinovela de vampiros

 

En el primer volumen de la trilogía «El ascenso de los Eones», el narrador sigue unas reglas no escritas en el canon académico. Todo ello, en un contexto repleto de conspiraciones, amoríos, acción y litros de sangre.

 

Fernando Darío González Grueso

Taipéi, 4 de diciembre de 2021


Desde que el más grande de los grandes novelistas nos volviera locos con su juego de narradores entre cartapacios y papeles viejos de la Alcaná de Toledo, lo cual provocaba la intromisión de la realidad dentro de la ficción, y viceversa, mucho se ha experimentado con esos personajes de ficción que son los narradores.


En mi opinión, y desde la humildad, pienso que la actuación en el cine dio su gran salto en la década de los 70, cuando los actores empezaron a desarrollar personajes que dejaban de ser ellos mismos, incluso jugaban a creerse ser esos seres ficticios que debían representar para así mostrar toda la profundidad psicológica que habitaba en ellos. Vamos a asumir.

Si a una persona no muy enterada sobre este tema le proyectásemos veinte películas, entre las cuales apareciera alguien como Daniel Day-Lewis en cinco de ellas, sería incapaz de asociar sus personajes al mismo actor. Esta maravilla de la actuación en el cine parece que se ha visto contrapesada con lo que nos está sucediendo en la literatura, donde cada vez gusta más que los narradores de un mismo autor o autora sean siempre el mismo, o que incluso sean su alter ego.

Realizo una serie de juegos narratológicos variados que rozan en ocasiones los límites de la lógica entendida hasta ahora, pero que nunca sobrepasan la linde de la verosimilitud ni de la coherencia.

Sin embargo, hay esperanza. Un juego de narradores impresionante y sutil es el que llevó a cabo J.R.R. Tolkien en su The Lord of the Rings. Algunos advirtieron que Bilbo es el narrador del Libro Rojo; pocas personas observaron que desde la partida de Rivendel, es Frodo el que pasa a tomar la pluma (aunque luego la revise Bilbo); todos apreciamos los cambios de estilo, especialmente cuando las voces de Pippin y Merry son las que le cuentan a su primo sus aventuras y desventuras; pero casi nadie percibió que el narrador Bilbo se inspira en Heródoto.


A mí, personalmente, me fascina la novela Fight Club, en la que Chuck Palahniuk nos presenta un narrador deficiente, pero a la vez intradiegético, pues es su otro yo, su Doppelganger, el que realmente conduce entre las sombras toda la acción del personaje principal, para culminar la obra diciéndonos que el narrador ha sido siempre un narrador sospechoso. Magistral. ¿Por qué pararse ahí? Palahniuk no lo hizo.

Una multiplicidad de voces que nos van a descubrir los secretos mejor escondidos de todos los personajes protagonistas.

En mi primer libro de la trilogía «El ascenso de los Eones», De la Estirpe, realizo una serie de juegos narratológicos variados que rozan en ocasiones los límites de la lógica entendida hasta ahora, pero que nunca sobrepasan la linde de la verosimilitud ni de la coherencia.


La novela comienza con un narrador editor, para pasar al primer acto, donde se intercalan otros dos: un narrador deficiente (o cuasi omnisciente, dependiendo de los gustos terminológicos) que solo expresa lo que captan los cinco sentidos de una protagonista, y que a la vez es un narrador intradiegético testigo; y por otro, un narrador deficiente intradiegético testigo que se contenta con decirnos lo que otro protagonista siente y piensa. Los más avispados se percatarán de que hay una serie de melodías (recogidas en forma de lista para SPOTIFY) que aparecen en este primer acto y que nos dan a entender, si se conoce su significado, los sentimientos y pensamientos de esa primera protagonista. Este recurso lo emplearé también con el narrador del acto dos. Es decir, el autor, no narrador alguno, es siempre omnisciente.


El segundo acto lo dirige Albert un narrador intradiegético testigo presencial, que es autodiegético al unísono y que no para de dirigirse al lector en un intento vano nacido de la buena voluntad y de un corazón amable.



Y cierra el libro Inés, una narradora intradiegética protagonista, a través de la cual diéramos inicio al libro.


Todo lo anterior crea una multiplicidad de voces que nos van a descubrir los secretos mejor escondidos de todos los personajes protagonistas.


En cuanto a mi triquiñuela antes mencionada, aquí dejo para el curioso la lista de obras musicales empleadas en la confección de la novela y que pueden escucharse en la lista creada para SPOTIFY:

1. “Invierno”, de Vivaldi

2. “For Whom the Bell Tolls”, de Metallica

3. “Haunted”, de Evanescence

4. “Los placeres de la pobreza”, de Héroes del Silencio

5. “Criminal Sound”, de Abyfs,

6. “Racer”, de Jairo González

7. “Highway Star”, de Deep Purple

8. Obertura en adagio sostenido de la “Sonata número 14”, de Beethoven

9. “Deshacer el mundo”, de Héroes del Silencio

10. “Everybody´s Fool”, de Evanescence

11. “La herida”, de Héroes del Silencio

12. “Kill Me and Fuck Me”, de Abyfs

13. “Carmina Burana”, de Carl Orff

14. “Terror”, de Jairo González

15. “People are Strange”, de The Doors

16. “Parsifal”, de Wagner

17. “Placer Sepulcral”, de Crying Blood

18. “Bring me to Life”, de Evanescence

19. “Réquiem eterno”, de Crying Blood

20. “Be Strong”, de Jairo González

21. “Pongamos que hablo de Madrid”, de Antonio Flores

22. “Preludio del Estilo de Pugnani”, de Frizt Kreisler

23. “Sonata nº 3 en De menor op. 108”, de Brahms

24. “Zigeunerweisen”, de Pablo de Sarasate

25. “Suffocating Nightmare”, de Jairo González

 

Fernando Darío González Grueso es doctor en Literatura comparada y Teoría de la literatura. Trabaja como profesor de Español y de Literatura comparada en la Universidad de Tamkang.

Sus intereses en la investigación son la teoría de los géneros, entre los que se cuentan la Ficción científica, el Terror y el Horror, y la Literatura comparada, especialmente en los campos de las leyendas urbanas, las supersticiones y las mitologías del mundo. Pueden seguirse algunos de sus artículos en el recién creado BLOG Fernando Darío González Grueso Escritor o en su cuenta de Instagram ciencia.ficcion.f.dario.g.g


Sobre las impresionantes ilustraciones que forman la portada, Héctor Rodríguez Asperilla, cuyo trabajo puede seguir a través de sus cuentas en Art Station e Instagram.

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